Cómo aprendí a manejar mi ansiedad y mi estrés: una guía sincera desde mi experiencia

November 25, 2025
Escrito Por Johanna Santos

Me apasiona hacer ejercicio y escribir sobre mis experiencias, especialmente aquellas que han marcado mi vida como mujer y como madre.

Hola mis amigas, gracias por tomarse un momento para leer este artículo. Lo escribo desde un lugar muy personal, porque yo también he pasado por temporadas donde la ansiedad y el estrés parecían controlar cada parte de mi día.

Durante mucho tiempo no entendía qué me estaba pasando. Solo sabía que me costaba dormir, que mi mente no se apagaba y que cualquier preocupación pequeña se sentía enorme. No fue hasta que empecé a observar mis hábitos que encontré la raíz de todo.

Cuando descubrí qué me estaba causando ansiedad

En mi caso, el detonante eran las noticias y las redes sociales. Pasaba horas leyendo cosas negativas sin darme cuenta de cómo afectaba mi mente. Cada noche me iba a dormir con imágenes y titulares que me inquietaban.

Con el tiempo entendí que ese bombardeo constante me estaba robando la tranquilidad. Y cuando no dormía bien, la ansiedad se hacía más fuerte. Ese círculo se repetía una y otra vez.

Lo primero que hice fue poner un límite. Dejé el celular tres horas antes de dormir y reduje mi tiempo en redes durante el día. No imaginan el alivio que trajo ese cambio simple.

Qué es realmente la ansiedad y por qué se siente así

La ansiedad no es solo nerviosismo. Es una reacción del cuerpo cuando percibe una amenaza, aunque esa amenaza sea una idea, un recuerdo o una preocupación.

El corazón late más rápido, la respiración cambia, los músculos se tensan y la mente busca maneras de protegerse. A veces es útil, pero cuando se repite sin motivo claro, se vuelve agotadora.

El estrés es parecido, pero suele estar más ligado a situaciones externas que nos exigen más de la cuenta. Trabajo, familia, dinero o responsabilidades acumuladas.

El estrés es parecido, pero suele estar más ligado a situaciones externas que nos exigen más de la cuenta. Esto es especialmente cierto si estás lidiando con el dolor crónico de la endometriosis, una condición que afecta profundamente la salud mental.

Cómo empecé a lidiar con mi ansiedad día a día

Mujer con ansiedad y estress
Mujer sentada contra la pared, sobre cargada por el estress y la ansiedad

Ningún cambio fue mágico. Todo pasó poco a poco, con pequeñas acciones repetidas cada día. Pero esas acciones transformaron mi rutina.

1. Reducir la sobrecarga de información

Parecía algo pequeño, pero fue clave. Menos noticias, menos redes, más silencio real. Mi mente se calmó cuando dejé de saturarla.

2. Crear un espacio para desconectar antes de dormir

Apagar el celular temprano me devolvió horas de descanso. Empecé a dormir mejor y la ansiedad bajó. Descubrí que mi cuerpo lo necesitaba mucho más de lo que pensaba.

3. Buscar hobbies que me relajen de verdad

Haciendo Yoga en lo afuera para luchar con la ansiedad y el estress
Mujer Praticando Yoga afuera para lidiar con la ansiedad y el estress

El gimnasio me ayudó a liberar tensión. Peinar y hacer pan en casa me dieron un espacio creativo donde mi mente respiraba. Cada persona tiene sus propias actividades calmantes, pero vale la pena buscarlas.

Remedios naturales que me ayudaron en el proceso

No todos funcionan igual para cada persona, pero estos me dieron alivio real en los días más difíciles.

  • Infusiones de manzanilla o lavanda para relajar el cuerpo.
  • Magnesio, recomendado por mi doctora para descansar mejor.
  • Aromaterapia con aceites suaves como bergamota o limón.
  • Caminatas cortas al aire libre para bajar la tensión física.
  • Respiración profunda cuando sentía que el pecho se apretaba.

Estos métodos no curan la ansiedad por completo, pero ayudan a que el cuerpo regrese a un estado más tranquilo.

Tratamientos médicos cuando la ansiedad se vuelve intensa

Hay momentos donde necesitamos apoyo profesional. No es debilidad pedir ayuda, es una forma de cuidarnos mejor.

Los médicos pueden recomendar terapia, medicamentos o una combinación de ambos. La terapia cognitivo conductual es una de las más usadas porque enseña a manejar pensamientos que disparan la ansiedad.

También existen tratamientos breves que ayudan a estabilizar el sueño o controlar la tensión emocional. Cada caso es único y debe evaluarse con un profesional.

Otras herramientas que aprendí en el camino

Con los meses descubrí detalles que no parecen importantes, pero que hacen diferencia.

  • Hacer pausas pequeñas durante el día.
  • Organizar mis tareas para no sentirme sobrecargada.
  • Evitar conversaciones o ambientes que me drenen.
  • Cuidar mi alimentación para evitar bajones de energía.
  • Hablar con alguien cuando me siento abrumada.

Son gestos simples que suman tranquilidad en días complicados.

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Consejos prácticos para momentos de ansiedad fuerte

A veces la ansiedad aparece sin aviso. Cuando eso pasa, estas técnicas me han ayudado:

  • Agarrar algo frío para traer mi mente al presente.
  • Respirar contando cuatro segundos al inhalar y cuatro al exhalar.
  • Decir en voz baja lo que estoy sintiendo sin juzgarlo.
  • Buscar un espacio quieto para recuperar el control.

Cuándo buscar ayuda profesional

Si la ansiedad afecta tu trabajo, tu sueño o tus relaciones, es momento de hablar con un especialista. No es un signo de falla, es un paso importante para sentirte mejor.

La ansiedad no se cura ignorándola. Se maneja con apoyo, información y mucha compasión hacia nosotras mismas.

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Reflexión final

Si estás pasando por algo parecido, quiero que sepas que no estás sola. Nadie debería cargar con esto en silencio. Mi proceso ha sido lento y todavía tengo días difíciles, pero ahora tengo herramientas que antes no conocía.

Si algo de lo que conté te ayuda, aunque sea un poquito, ya habrá valido la pena compartirlo.

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